Según Osho, las emociones son una parte intrínseca de nuestra experiencia vital y están vinculadas a nuestra individualidad e historia personal. Sin embargo, a menudo nos sentimos obligados a mostrar ciertas emociones para ajustarnos a lo que se espera de nosotros o para satisfacer las expectativas de los demás. De este modo, acabamos negando nuestras verdaderas emociones y perdiendo el contacto con nosotros mismos.
Para vivir con autenticidad y en paz con nosotros mismos, es importante aprender a reconocer y aceptar nuestras emociones, incluso las difíciles o desagradables. Este proceso requiere piedad hacia nosotros mismos, es decir, la capacidad de ser amables, comprensivos y cariñosos con nosotros mismos, incluso cuando cometemos errores o nos sentimos vulnerables.
La misericordia con nosotros mismos no significa ser permisivos o indulgentes, sino tener una actitud compasiva y comprensiva con nosotros mismos. Significa aceptarnos tal y como somos, con todas nuestras debilidades e imperfecciones, y tener el valor de afrontar nuestras emociones y problemas honesta y abiertamente.
Además, la misericordia hacia nosotros mismos nos permite estar más dispuestos a ofrecer amor y comprensión a los demás.
Como dice Osho: «Si no tienes amor por ti mismo, no puedes ofrecer amor a los demás». Si no tienes un vaso de agua para ti, no puedes ofrecerlo a los demás. El amor por nosotros mismos nos permite estar más abiertos y dispuestos a ofrecer amor a los demás, creando así relaciones auténticas y significativas.
En conclusión, la misericordia hacia nosotros mismos es esencial para vivir auténticamente y en paz con nosotros mismos. Nos permite aceptar y comprender nuestras emociones, ser honestos con nosotros mismos y con los demás, y ofrecer amor y comprensión a los demás. Aprender a ser compasivos con nosotros mismos es un proceso continuo que requiere tiempo y práctica, pero que a la larga nos permitirá vivir una vida más satisfactoria y plena.