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Tantra Blanco y Tantra Rojo
¿Y tú qué eliges hoy?
Me gusta pensar en el Tantra como un camino: se puede recorrer caminando, corriendo, en coche o en patines. Puedes decidir ir solo, en grupo o en pareja, con un amigo que acabas de conocer o que conoces desde hace años, o con una persona querida. Podemos decidir parar en una o varias tiendas de esta calle o salir de casa con un destino preciso en mente.
Podemos aprovechar el paseo para mirar a la gente que nos encontramos, los escaparates, o para charlar amablemente con los acompañantes o con nosotros mismos… Se podría seguir haciendo similitudes entre la calle y el Tantra y todas ellas encajarían al 100% con la filosofía tántrica. El camino del Tantra no está preestablecido: no hay cosas que uno tenga que hacer, no hay etapas obligatorias, ni mucho menos tiempos predeterminados en los que permanecer. En el tantra siempre tenemos la posibilidad de elegir lo que ahora nos gusta y sentimos que queremos hacer y lo que preferimos dejar para otro día u otra vida.
El tantra es un maravilloso viaje para descubrirnos a nosotros mismos, nuestras emociones, nuestro niño interior y lo que nos separa de alcanzar la felicidad y el equilibrio.
Dependiendo de nuestro gusto, sensibilidad y preferencia, podemos decidir comenzar nuestro viaje siguiendo el camino del Tantra Blanco o el del Tantra Rojo.
El Tantra Blanco es de naturaleza meditativa, no requiere la desnudez para su práctica y se centra más en los procesos energéticos relacionados con la autoexploración. El tantra blanco nos ayuda a tomar conciencia de nuestro cuerpo, nuestra energía y nuestro estado físico a través de la autoescucha, la respiración y el movimiento espontáneo. Hay rituales de tantra blanco que desencadenan poderosos procesos que nos permiten sanar nuestras heridas emocionales y los bloqueos físicos y psicológicos a los que estamos atados. Una vez comprendidas y sanadas estas limitaciones, podemos permitirnos vivir una vida mejor y más feliz.
El tantra rojo (o tantra de origen) es una práctica de pareja o de grupo en la que el practicante busca la ayuda poderosa de la otra persona para despertar su energía. Por poner un ejemplo, es un proceso similar al que nos lleva a mirarnos al espejo por la mañana antes de salir de casa para comprobar si estamos en orden. En este proceso no miramos ni tocamos a la otra persona en el espejo que tenemos delante, ya que la intención es hacia nosotros mismos. En el tantra rojo el contacto visual o físico con la otra persona sirve para despertar nuestra energía: nos ayuda a investigar y desencadenar procesos de crecimiento personal, nos ayuda a volver a contactar con nuestro niño interior, a desencadenar procesos de sanación del cuerpo físico y emocional, a liberarnos de bloqueos psicológicos, heridas emocionales, creencias limitantes y a reconectar con sensaciones y emociones perdidas.
En el tantra permitimos que nuestro corazón se exprese, permitimos que las emociones salgan a la superficie en su totalidad, aceptándolas, y permitimos que nuestras partes de luz y sombra se muestren porque es la combinación de luz y sombra lo que nos hace seres únicos en este Universo. En el Tantra, tú decides el camino a seguir ya que en el Tantra no hay juicios.
¿Y tú qué eliges hoy?
Financiado por la Unión Europea con el programa Kit Digital por los fondos Next Generation (EU) del mecanismo de recuperación y resilencia.